Romanos 13:9 «Porque: No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.»
Muchas veces tenemos sentimientos en nuestros corazones que sabemos que están mal para con Dios. Pero no los dejamos. Codiciamos algo, lo queremos, y sin importar que destruya o agravie a alguien, seguimos adelante.
Pero giremos 180º. Si esa codicia fuese de alguien contra algo tuyo, ¿no te sentirías mal? Entiendo que cualquiera de nosotros saldría a pelear lo suyo.
Entonces ahí aplica: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De manera inconsciente dejamos de amar cuando buscamos lo nuestro, nuestro provecho propio. El amor no busca lo suyo (1 Corintios 13).
Dios les bendiga!