¿Otra vez la conciencia?

Nuevamente retorno a los controles de este blog, para hablar de la conciencia. Hoy tuve una extensa conversación (tenía tiempo que no conversaba abiertamente temas de fe con terceros) con Rafael Pérez de Pez Mundial, la cual fue bastante satisfactoria.

Durante el 2008 escribí mucho sobre la conciencia y creo que este es un tema que debe continuar, para que no la «apaguemos» de repente. ¿Apagar la conciencia? Sí, nosotros lo hacemos y de paso, tampoco nos damos cuenta que lo hacemos.

Es como un celular que de momento pierde la señal con la Telefónica, tienes el aparato, pero no recibe llamadas. Gracias a Dios las llamadas que el Espíritu Santo que dirige a tu conciencia, pueden lograr encender esa conciencia que aparece como «fuera de servicio».

En Juan Capítulo 8, los hombres llevaron a la mujer hallada en el acto mismo del adulterio, querían lapidarla. Al decirles Jesús: (Juan 8:7)

«…El que de vosotros esté sin pecado, arroje contra ella la piedra el primero»

. Citan las escrituras: (Juan 8:9)

«Oyendo, pues, ellos, redargüidos de la conciencia, salíanse uno á uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros: y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio».

Mientras ellos tenían las piedras en las manos para lapidarla, su conciencia estaba apagada. No entendían que debía tener misericordia, por tanto todos eran pecadores. Al redargüirles, Jesús encendió la conciencia de cada uno y al estar encendida, vieron que ellos eran tan pecadores como ella.

Es interesante que siempre miremos los defectos de los demás, de la iglesia misma, de los que trabajan en la obra. Lucas 6:41 cita:

“¿Por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y la viga que está en tu propio ojo no consideras?».

Desde hoy, propongamos realizar los cambios en nosotros y en nuestra conciencia, para entonces hacer vida en nosotros primero antes de exigir a los demás un comportamiento que no tenemos. Sin dejar a un lado, de estar vigilantes del regalo que Dios nos ha dado.

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